Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración. 8 Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados.
1 Pedro 4:7-8
Leer: 1 Corintios 13:13; 1 Corintios 10:23; Santiago 5:7
No olvidemos que lo ferviente es aquello que está cargado de entusiasmo y de admiración. También recordemos el origen de entusiasmo: llenura de Dios, tenerlo dentro de sí. Nuestra oración, entonces, debe estar cargada de la llenura de Dios, pero también de admiración, pues como hijos de Dios nunca tenemos que dejar de sorprendernos de Dios y de su Palabra.
Cuando la Palabra de Dios nos habla acerca de la oración ferviente, también hace referencia a algo muy importante que tiene que ver con el amor ferviente, porque Él es amor. Recordemos que hay tres puntos importantes que habla su Palabra en este sentido. El apóstol Pablo nos menciona: la fe, la esperanza y el amor, pero la que sobresale, la más importante de ellas es el amor. Estos tres puntos por supuesto van a prevalecer, van a permanecer, pero el de mayor relevancia es el amor.
El amor ferviente lo encontramos en 1 Pedro 4:7: “Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración".Este pasaje bíblico, nos habla de tres puntos importantes. En primer lugar, del ser sobrios. Después, del velar en oración. Y continúa con el versículo octavo (1 Pedro 4:8) “ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados”. Así, en tercer lugar, nos habla de tener entre nosotros ferviente amor. Aquí el apóstol nos exhorta a ser sobrios, en nuestra manera de hablar, de mirar, de relacionarnos con otros, en el testimonio de vida, en nuestro comportamiento, hemos de ser sobrios.
El apóstol Pablo nos dice que todo nos es lícito, pero no todo nos conviene. Podemos ser libres, pero tenemos que ser sobrios también, por causa de otros, inclusive dentro de nuestra familia y hogar en nuestro estilo de vida. No podemos entonces embriagarnos en el desorden, pero también se refiere a que siempre tenemos que estar lúcidos, no perder las casillas, ni la cordura.
En el versículo 7 nos dice"velad en oración”. Esto significa estar despierto, atento, no bajar la guardia, ¿Estamos velando, vigilantes en oración? Nunca podemos apartarnos de la oración. El fundamento de Santiago 5 tiene que ver con la oración y 1 Pedro también la aborda.
Por último, nos habla de tener entre vosotros ferviente amor. ¿Cómo tiene que ser el amor entre nosotros? Tiene que ser uno que venga de Dios, ferviente, lleno de entusiasmo y de admiración.
El amor debe estar lleno de entusiasmo, pero no olvidemos, entusiasmo es llevar a Dios dentro de sí. Aquel que está lleno de entusiasmo, es aquel que es guiado por Él, su poder y sabiduría. Por eso no podemos dar aquello que no hemos recibido; no se trata de dar lo que no tenemos, porque el amor proviene de Dios, no viene de dentro de nosotros. Muchos equivocadamente le dicen a las personas: “busquen el amor dentro de ustedes mismos”, pero no es así, porque realmente nosotros lo recibimos por parte de Dios.
El ferviente amor significa aquel amor que viene como consecuencia de la llenura del Señor, de su presencia en nuestra vida, de la llenura del Espíritu Santo, y se evidencia en el fruto del Espíritu.