"Dios es quien me infunde fuerzas; Dios es quien endereza mi camino; Dios es quien me aligera los pies y me hace correr como un venado; Dios es quien me afirma en las alturas; Dios adiestra mis manos para el combate. y me da fuerzas para tensar el arco de bronce". (Salmos 18:32-34)
Bendito sea nuestro Dios, quien cada día nos da las fuerzas que necesitamos para seguir adelante. Cada día hay luchas, pero también oportunidades nuevas para triunfar, porque tomados de la mano de Dios, Él nos llevará de victoria en victoria por medio de su Espíritu Santo. Así que no desmayemos, y renovemos nuestra fe en El que todo lo puede, en El que transforma lo difícil en fácil, el que hace que caminemos cada día en sus alturas.