Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí;
Juan 5:39
Leer: Romanos 10:17; Nehemías 8:8; Salmos 119:11; Josué 1:9
En la Palabra de Dios comprendemos lo que son las vías de alimentación para nuestra vida, en el sentido en que nos alimentamos es de su Palabra. Hemos de oírla, leerla, estudiarla, guardarla en nuestros corazones (memorizar) y meditar en ella, día a día y momento a momento.
Constantemente identificamos la importancia de evitar una mala alimentación, pues esta nos puede impedir actuar de manera eficiente. Por eso es necesario que nos alimentemos adecuadamente, pues esto representará salud, y la posibilidad de desenvolvernos bien en todas las áreas de nuestra vida. No podemos comer cualquier cosa, o lo primero que se nos apetece. Debemos escoger y ser muy selectivos en cuanto a lo que tomamos para alimentarnos.
La mejor elección para nuestra alimentación espiritual que podemos hacer es la Palabra de Dios, porque ella es vida y salud para nosotros, por eso en todo tiempo debemos de sumergirnos en Él, en oración, pero también en la lectura, para oírla, estudiarla y memorizar, guardándola así en nuestros corazones, y actuando conforme a lo que ella nos insta.
Hemos de entender que su Palabra es el alimento básico, por eso dependerá de cuánto la conozcamos y obedezcamos, pues a través de ella creceremos espiritualmente. Hoy estamos llamados a acercarnos constantemente a ella para estudiarla y guardarla en nuestro corazón.