“¿A quién tengo yo en el cielo sino a ti? Y en la tierra nada deseo fuera de ti. La salud me puede fallar, mi espíritu puede debilitarse, ¡pero Dios permanece! ¡Él es la fuerza de mi corazón; él es mío para siempre! Pero quienes rehúsan adorar a Dios perecerán, porque él destruye a los que sirven a otros dioses. En cuanto a mí, me acerco a él lo más que puedo. He elegido al Dios soberano como mi refugio, y a todos contaré las maravillas que él hace.”
Salmo 73:25-28
Esta es una palabra que nos muestra de donde viene nuestra verdadera fuerza y cuál es la verdadera fortaleza de la vida.
A veces pensamos que tener una buena salud es la fortaleza del ser humano , tener dinero es señal de fortaleza, tener todas las cosas bajo control es una fortaleza de un hombre, de una mujer, o de una familia. Pero esta palabra nos muestra que la verdadera fortaleza está en el Señor .El salmista dice:
A quien tengo Yo en el cielo sino a Ti .Y en la tierra lo único que necesito es a ti, Dios.
Porque el resto de cosas pueden fallar, puede fallar la salud, puede fallar las emociones, podemos pasar por tristeza, decepción, frustración, ira, temor. Puede fallar la economía, puede fallarte la gente;
Pero Dios sigue siendo Dios, y está ahí para nosotros. El no falla, el permanece para siempre!
El permanece para siempre y El es la fuerza de mi corazón.
Es esta verdad la única fortaleza de nuestra vida, y aunque te falle todo lo demás, Dios nunca jamás nos faltará, o dejará de ser y estar. Así que por eso podemos tener la confianza de levantar nuestra mirada y vas a El y saber que responderá a nuestro clamor, veremos su poder y daremos testimonio de su gloria.
Levanta hoy una oración diciendo: ¡¿A quien tengo yo, sino es a ti?! ¿Quién me puede ayudar, sino es tu ayuda, y tu fortaleza?