Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?
Mateo 6:25
Leer: Santiago 5:7; Deuteronomio 28:1-2; Mateo 6:25-33
Nos gusta seguramente resolver todo de manera inmediata, tenerlo todo al instante, obtenerlo en un abrir y cerrar los ojos, lo queremos así.
Seguramente estamos acostumbrados a correr demasiado rápido y agitados. En este tiempo vemos que cada vez se obtienen las cosas con mayor prontitud; por ejemplo, si alguien quiere saber algo no tiene que esperar como antes, ir a una biblioteca o comprar un libro. Hoy en día se puede encontrar a través de un click, oprimiendo un solo botón. Con la tecnología podemos tener la respuesta de todo lo que deseamos saber, pues ya tenemos acceso a todo el mundo.
Pero nosotros como hijos de Dios hemos de mirar al labrador y aprender de él: el labrador espera con paciencia. Definimos entonces que la paciencia no es para un momento determinado; la necesitamos siempre, así muchas veces no nos guste esperar.
Comúnmente se cree que esperar es asumir que algo sucederá, nosotros hacemos y algo tendrá que suceder, nosotros trabajamos y Dios verá. Pero realmente no es así, la espera que aprendemos del labrador se refiere al conocimiento de cada uno de los tiempos de la labor en su labranza. No es trabajar sin rumbo y sin sentido, como dando golpes al aire. Debemos hacerlo como el labrador lo hace, de una manera planeada.
Pero aquellos hombres y mujeres que tenemos a Dios como nuestro Padre, entendemos que por nada debemos afanarnos. No podemos, de ninguna manera, estar así, ni mucho menos vivirlo, pues como dice su Palabra en Mateo 6:25: “Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir”, porque nuestro Padre nos lo da, de todo me provee. Por eso a su vez afirma en Mateo 6:33: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”.
El buscar el reino de Dios tiene que ver con hacer su voluntad, que la encontramos en su Palabra, por eso frente a cada situación que estemos viviendo ya sabemos qué debemos hacer, pues el Señor nos ha dicho: debemos tener paciencia.