"Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro." (Romanos 6:23)
Leer: Juan 3:1-21
Dios nos dio un regalo que no tiene precio como es la vida de su hijo Jesucristo y necesariamente tenemos que pensar en el amor incomparable de Papá Dios, que entregó lo más precioso y amado ,con el único fin de rescatarnos de la muerte eterna.
La vida eterna es un regalo el cual Dios espera que disfrutemos a plenitud, se aplica a aquellos que creen en Jesucristo y lo recibe en su corazón como Señor y suficiente Salvador. A partir de ese instante, todo lo que es verdad acerca de Cristo, el Padre reconoce que es verdad acerca de nosotros. Debido a que Jesucristo satisfizo la demanda de justicia del Padre, el hombre, en el momento en que cree, es justificado.
Recibimos el perdón y comenzamos a disfrutar de la libertad que nos da la seguridad en el amor de Dios y que nada nos puede separar de Él. Se produce la regeneración un nuevo nacimiento, que es una identificación total con Jesucristo, en unión perfecta con Él a través del Espíritu Santo.
Algo extraordinario sucede respecto a la vida eterna: cuando la persona cree en Jesucristo, queda incondicionalmente aceptado por Dios, y su salvación no está en peligro. Se produce entonces una vida, no de esfuerzo para ser aceptados por Él, sino de un constante reconocimiento y gratitud por esa aceptación divina.
Hoy recibe a a Cristo en tu corazón, cediéndole el trono de tu vida y pidiéndole que haga de ti la persona que Él quiere que sea.