"Vino después a Elías la palabra del Señor, diciendo: 9 ‘Levántate, ve a Sarepta, que pertenece a Sidón, y quédate allí; porque Yo he mandado a una viuda de allí que te sustente’" (1° Reyes 17:8,9).
Leer: 1 Reyes 17
Cuando el profeta Elías fue dirigido por el Señor a salir del palacio del rey y caminar hacia el desierto, la orden fue que bebiera de la fuente de Querit y fuera alimentado allí por unos cuervos. En ese escondite el profeta Elías debía depender del Proveedor más que de la provisión Dios lo sostendría o perecería.
Dios nos lleva al desierto para mostrarnos que dependemos más de sus recursos que de los nuestros. Es fácil depender de la provisión cuando la tenemos y la administramos. Pero, en la escuela del desierto aprendemos que nuestro sustento viene de nuestro Proveedor y no de la provisión. Cuando nuestra provisión se agota el Señor sabe dónde estamos, hacia dónde debemos ir y qué debemos hacer. Nuestra fuente puede secarse, pero el manantial de Dios nunca deja de fluir. Nuestros recursos pueden escasear, pero sus graneros siguen rebosantes. En esos momentos, necesitamos aprender a depender del Proveedor más que de la provisión. Hoy te decimos: aunque la provisión parezca haberse agotado, sigue confiando en DIOS con ÉL tienes todo lo que necesitas.