«Tu firme amor, Señor, es grande como los cielos. Tu fidelidad va más allá de las nubes» (Salmos 36:5).
La palabra fidelidad es una palabra que requiere muchas cosas a aquel que la práctica, tales como amor, respeto, compromiso y lealtad y esta se ve perfectamente conjugada en nuestro Padre celestial. Podemos vivir confiado que su fidelidad nunca falla y sobrepasa todo lo que podamos concebir o entender. Tal vez nuestras experiencias humanas han manchado nuestra imagen de este concepto de fidelidad, pero es imposible que Dios deje de ser Fiel. Dios es siempre Fiel a pesar de nuestras fallas.
«Si somos infieles, Él permanece fiel, pues no puede negarse Él mismo» (2 Ti. 2:13).
Dios no puede dejar de ser lo que Él es. Él no puede dejar de amarte, no importa cuán grande sea tu pecado y tu falta.
La fidelidad de Dios es eterna, grande y perfecta.
Cree en las promesas de Dios para tu vida porque en el tiempo asignado por El , las verás todas hecha una realidad en ti.
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